Días pasados, hablando con mi hija acerca del mundo laboral, le comentaba que vender es una de las cosas más lindas que uno puede hacer vestido.
Y no exagero.
¿Qué profesión o actividad permite ganar tanto como uno se mueva?
Si pensó en la prostitución estamos de acuerdo. Pero más allá del oficio más antiguo de la humanidad, quien se dedica a las ventas es un privilegiado.
¿Por qué?
Primero, sus ingresos pueden llegar a ser tan altos como ambición tenga.
Segundo, sólo tiene que invertir su talento relacional para ganar más dinero. Alguien fabrica, alguien paga sueldos, alguien invierte en estructura y maquinaria, etc. luego aparece el vendedor, cierra una operación y gana una comisión. Punto. Negoción.
Tercero, generalmente, un vendedor está en la calle, no encerrado entre cuatro paredes. En consecuencia, camina la realidad todo el tiempo, está en contacto con miles de personas, observa la vida “en vivo”, nadie se la cuenta por referencia.
Cuarto, si trabaja bien, acumula a lo largo de su carrera un patrimonio invaluable: Clientes que lo siguen a todos lados, venda helados o seguros de vida.
Y quinto, si le gusta y aprende a vender, jamás tendrá problemas de empleo. Porque al hablar con empresarios de todo el mundo, el pedido es siempre el mismo: ¿No conoce a un buen vendedor?
Ocurre que un empresario, comerciante o como desee llamarle, sabe que el dinero que ingresa a una empresa lo hace por medio de las ventas. En consecuencia, las empresas más exitosas del mundo no son aquellas que representan a los mejores productos o servicio, sino las que venden más.
La profesión de vender está bastante manoseada y desprestigiada.
Sin embargo, la profesión de vender está bastante manoseada y desprestigiada. Una tropa incalculable de estafadores – que no conoce edad, sexo ni fronteras – ha creado alrededor de las ventas un halo negro y maligno que la desprestigia. De esta forma, erróneamente, se piensa que el vendedor es un charlatán, un trabajador improvisado, o peor aún, alguien sin capacidad para otros oficios.
Nada más alejado de la realidad.
- Un buen vendedor es un asesor, mitad consejero, mitad psicólogo.
- Un buen vendedor es alguien especialista en escuchar, detectar necesidades y ofrecer soluciones.
- Un buen vendedor es como un buen soldado. (Encárguele “matar” y él lo hará a través de vender más que la competencia)
- Un buen vendedor es alguien que se capacita todo el tiempo sobre el comportamiento humano, las nuevas tendencias sociales y las oportunidades comerciales que se presentan en el dinámico mundo comercial en que vivimos.
Así que la próxima vez que alguien se presente a usted y diga “Soy vendedor”, por favor, preste atención y sáquese el sombrero. Nadie como ellos para determinar el éxito o fracaso de un emprendimiento.