¿Sabes lo que es una jefe tipo “A”? ¿Quieres aprender cómo debes relacionarte y lidiar con él? Entonces este artículo será de tu agrado.
Un jefe tipo “A” es un líder que tiene impulso, que es exitoso, creativo y lleno de pasión. Pero trabajar con este tipo de jefes, puede que no sea algo tan simple como muchas piensan, más bien al contrario, pueden ser personas con las que muchos sienta que es difícil trabajar.
Este tipo de jefes, tienden a querer dominar, pueden ser muy demandantes e inclusive a distraerse fácilmente; cosas que pueden terminar desmotivándote.
Si bien los jefes deben trabajar para frenar estas actitudes y así ser mejores administradores de un negocio, también existen una serie de acciones que podrías utilizar para llevarte mejor con tu jefe tipo “A” y hacer que el trabajo sea algo más agradable.
Primer consejo: Haz la tarea.
Los tipos “A” valoran realmente la eficiencia. Siempre están pensando un paso por delante de los demás.
Puede que sea complicado mantenerse al día con él o con ella, pero debes tratar de anticiparte a sus preguntas, organizándote con anticipación. Para esto tienes que analizar cuáles son sus expectativas y prioridades, de modo que puedas prepararte con antelación y dejar las tareas menos importantes en un segundo plano.
Recuerda también que es importante que le pida una opinión a tu jefe para que sepas qué puedes mejorar la próxima vez. Esto es algo que tu jefe apreciará mucho.
Segundo consejo: No tengas miedo de hablar.
Si estás de acuerdo o no con algo, si tienes alguna complicación, no tengas miedo y se directo.
A los jefes tipo “A” les gustan las personas directas porque esto demuestra honestidad y a su vez te ganarás su respeto.
Es simple. Ningún tipo “A” quiere tener un equipo que solo esté ahí para escucharlo y asentir con la cabeza a todo lo que él diga.
Tercer consejo: Construye una relación fuera del trabajo.
Si bien esto puede asustar a muchas personas, es posible en determinados momentos compartir charlas de temas externos al trabajo o inclusive realizar ciertas actividades.
A los jefes tipo “A” les gusta el desarrollar relaciones y más todavía si esto sirve para conocer mejor a quién tiene en su equipo.
Compartir ya sea una pequeña charla sobre un equipo de fútbol en común, alguna actividad o preocupación, puede ayudar a mostrar esas similitudes que poseen ambos y construir una mayor confianza.
Por otra parte, este tipo de charlas, pueden ayudar a disminuir un poco la presión del trabajo, relajarse y de paso, tener un breve período para poder respirar (ambos).
Cuarto consejo: Entender que no eres tú.
Muchas veces los jefes tipo “A” no tendrán tiempo para decirte “¿Cómo estás?” o si estás listo para asumir una nueva tarea. Entiende que no es que sea indiferente o hiciste algo mal, sino que simplemente, está con otra cosa en su mente y totalmente enfocado en ello.
Muchas veces los jefes tipo “A” suelen sentirse solos, abrumados y que llevan una gran carga encima. Muchos inclusive puede que no hayan dormido nada, que no hayan podido pasar tiempo con su familia o tienen alguna decisión pesada que deben tomar.
Así que si sientes que te trata con indiferencia o no te presta atención, deja eso de lado y de paso aprovecha y pregúntale a él “¿Cómo estás?”
Quinto consejo: Mantén el rumbo.
Trabajar con un jefe tipo “A” puede ser desalentador. Nada es perfecto y siempre algo falta.
La clave está en comprender que cualquier feedback negativo, no significa que esté mal o alto; por lo general significa que debes seguir mejorando.
Busca la forma de obtener información más específica y anímate a preguntar si estás por el camino correcto, si haciendo algún cambio estará mejor o qué le gusta y qué quiere que cambies.
Aunque muchas veces trabajar con este tipo de personas, puede hacernos sentir desmotivados o frustrados, ahora comprendes que estás trabajando con un tipo de jefe muy particular.
La próxima vez que te encuentres trabajando con un jefe así, haz todo lo posible para prepararte con anticipación, se audaz, gánate su confianza y aprende a convertir cualquier comentario negativo en una oportunidad para mejorar.
Muchas gracias por tu tiempo.
Mclanfranconi
Fuente: Harvard Business Review